La pandemia hizo un cambio de 180° en la vida de todos, incluido la forma de vestirnos.
A medida que más y más personas se quedaron en casa debido a la contingencia sanitaria, muchos cambiaron su ropa de oficina por vestimenta informal. Los guardarropas han cambiado en los dos años recientes, y no como normalmente varían las tendencias de la moda. La pandemia ha alterado la forma en que las personas escogen su ropa.
Deirdre Clemente, directora del programa de historia pública de la UNLV, que se especializa en historia de la moda, en entrevista reciente, comentó que lo que vestimos siempre ha estado ligado a una representación de nuestras identidades sociales y socioeconómicas. “Entonces, lo que estamos haciendo en este momento con las expectativas actuales de la moda de oficina es una consecuencia directa del cambio social y cultural que ha habido en los recientes dos años de esta pandemia” asegura.
Asi, nos hace ver que estos cambios en la vestimenta y en la moda no vienen de la nada; en realidad han estado ahí, pero la agitación social les da la oportunidad de ocupar un lugar central y asegura que este aumento de la vestimenta informal al nivel que está ahora es realmente la versión natural a una velocidad relámpago del rumbo que ya íbamos a tomar.
De esta manera, estos cambios hacia lo casual y esta idea de, "no, ya no voy a usar una camisa de cuello abotonado y pantalones formales para trabajar", ese tipo de reglas simplemente tienen menos peso en medio de tantos cambios culturales y laborales que se están dando.
Es por ello que el dopamine dressing está teniendo tanto auge en nuestros días; así como en la forma de vestir, en la del estado de ánimo y en la imagen personal.
De acuerdo con Karen Pine, psicóloga y autora del libro “Cuidado con lo que vistes: la psicología de la moda”, lo que usamos afecta tanto cómo nos sentimos que puede distorsionar y determinar nuestros pensamientos y juicios.
De hecho, las categorías más vendidas durante 2020 y 2021 fueron pijamas y ropa deportiva, además, llegaron tendencias como el leisurewear (ropa bonita para estar en casa) y el streetwear (ropa de calle relajada), explica Natalia Silva, diseñadora de moda.
Ahora, con el regreso a la oficina, las cosas también han ido ajustándose, hemos aprendido, pero, sobre todo aceptado, mezclar pantalones formales con prendas deportivas como blusas y tenis.
Solo por mencionar un dato, a este respecto la moda ha experimentado el crecimiento de demanda de los tenis. La consultoría Grand View Research estima que el mercado mundial de calzado deportivo alcanzará los 196.1 mil millones de dólares para 2030. Esta prenda ya se combina con todo, con vestidos, faldas y hasta con prendas formales.
¿Qué es el dopamine dressing?
Por otro lado, en este tiempo ha tomado fuerza esta tendencia que propone vestirte para mejorar tu estado de ánimo. Al usar ciertos colores, texturas, estampados o estilos puedes generar dopamina, un químico de nuestro cerebro que te brinda una sensación de bienestar.
Este término fue acuñado por la psicóloga de moda Dawnn Karen, apodada “The Dress Doctor” por The New York Times, quien escribió sobre cómo optimizar el estado de ánimo a través de la vestimenta en su libro Dress Your Best Life.
Al igual que la serotonina, la dopamina es una “hormona de la felicidad,” una sustancia química que produce el cerebro. Actúa como un mensajero químico entre neuronas, las unidades funcionales básicas del cerebro, y afecta exponencialmente tu estado de ánimo, atención y motivación.
Existen formas naturales para mantener óptimos niveles de dopamina, dormir mejor, ejercitarte más seguido, escuchar música, meditar, tomar más luz del sol, frecuentar el contacto humano, y consumir mucha proteína. Y, sin embargo, existe una ruta sartorial que a menudo se olvida.
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¿Cómo es que la ropa puede aumentar la dopamina? La rica información sensorial (color, forma, textura) de la ropa también le otorga el poder de hacer que tu cerebro vibre y libere dopamina, así como otras cosas que te hacen sentir bien. Pero cabe aclarar que el dopamine dressing no se refiere a vestir de ciertos colores o estampados necesariamente. Mientras que en la psicología del color es conocido que hay una asociación fuerte con el color y nuestro humor, lo que le hace sentir bien a una persona, no lo hará para otra porque cada uno tenemos una asociación simbólica diferente con cada color, basado en nuestras experiencias y composición psicológica única. Es por esto que tenemos un estilo personal – debido a diferentes necesidades internas. Y aquí es donde entra una faceta de la moda más profunda: el vestir de acuerdo a nuestra personalidad. Dopamine dressing es el resultado natural de un buen conocimiento de estilo propio y el vestir en alineación con uno mismo. |
Look good + feel good = Dopamine dressing.
Aquí algunas estrategias para sumarte a esta tendencia:
Usa las prendas que te gusten, implementa estilos que siempre has querido usar y evita aquellos atuendos que no van con la imagen que quieres proyectar.
Lo más importante del dopamine dressing es vestirte no como los demás esperan que lo hagas, sino con lo que te hace feliz.
Y genera una mayor competencia en el mercado
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