Encontrar la felicidad es una constante en la vida de cualquier ser humano y el significado que le damos a esta palabra siempre varía.
El libro del psiquiatra Robert Waldinger y el psicólogo Marc Schulz , Una Buena Vida, ofrece el resultado del mayor estudio mundial para responder a la pregunta más importante de todas: ¿qué nos hace felices?
Estudio que han desarrollado con la Universidad de Harvard desde la década de los 30 nombrado “El estudio de desarrollo de los adultos”, a través del cual han seguido las vidas de dos generaciones de individuos de las mismas familias, durante más de ochenta años.
Robert Waldinger ha comentado que “lo que llamamos felicidad depende de qué necesitemos. Si vienes de un entorno muy inestable, quizá para ti la felicidad sea la estabilidad. Si vienes de uno muy aburrido, quizá sea la emoción. En parte depende de lo que nos falta. Pero la investigación sugiere que la felicidad se enmarca en dos grandes categorías:
“Sabemos es que todo el mundo quiere algo de ambos tipos de felicidad. Todos queremos algo de placer momentáneo y nadie quiere sentir que su vida no tiene sentido. Pero priorizamos un tipo de felicidad u otra dependiendo de cómo nos encontramos y, quizás, del momento de nuestra vida.”
Sobre el dinero en concreto, tan necesario y a la vez tan peligroso, subrayan que como tantos otros aspectos de la felicidad su efecto en nosotros es complejo. Quizás el motivo por el que nunca damos con la respuesta a la cuestión de si el dinero proporciona la felicidad es porque planteamos mal la pregunta y ahondamos en un lugar donde no se halla la solución.
La conclusión más importante del Estudio Harvard sobre el Desarrollo en Adultos, resumida al máximo, es que la salud, el dinero, los viajes y el éxito profesional influyen, pero nada resulta tan importante para alcanzar una vida plena y satisfactoria como las relaciones personales es decir las relaciones afectivas protegen nuestro cuerpo y mente.
El estudio que comenzó en 1938 y que ha examinado a 700 personas y sus descendencias, en el cual tomaron nota de cada aspecto de su vida y se ha llegado a la conclusión de que a partir de los 60 años los humanos son más felices.
De acuerdo con los investigadores es porque se tienen más en cuenta los límites de la vida y de que la muerte es algo real, cambiando así sus vidas. Aunado a ello suelen tener menos obligaciones y amistades más consolidadas, desprendiéndose de aquellas que no les aportan nada.
Otro aspecto que consideran importante es que a esa edad el cerebro valora más lo positivo que lo negativo, priorizando aquello que les aporta más alegría, se es más sabio y se suele cuidar más de las relaciones personales, ya que lo que marca una buena vida es la calidad de las relaciones que sostenemos con los otros.
No hace falta estar en pareja o tener una relación romántica para obtener beneficios. Estos parecen provenir de la calidez de la conexión, del sentimiento de pertenencia, de la sensación de interacción positiva. Se obtienen de los encuentros amistosos con quien tes sirves un café o tienes una cálida conversación. Así es, sin duda, de los amigos, de los parientes. A nivel mundial el 30% de las personas viven solas, pero muchas son bastante felices. No tienen una pareja romántica, pero tienen relaciones que les proporcionan lo que necesitan.
Y aunque lo ideal es estar conectados a los demás, también destacan que la generosidad, la curiosidad y la flexibilidad para adaptarnos están vinculadas a la felicidad. Y afirma: “Hay una cita del Dalai Lama que me encanta: ‘El sabio egoísta cuida de los demás’. Significa que preocuparse por otras personas te trae alegría, bienestar.
Las mascotas por supuesto contribuyen en una gran proporción, aunque en este estudio no se consideraron porque cuando comenzó el estudio, hace 80 años, no se tenía un vinculo tan cercano con ellas, como lo es ahora.
En este sentido, una propuesta práctica de Waldinger y de Schulz es que, desde pequeños, a los aprendizajes nucleares de lectura, escritura y matemáticas, se añada un cuarto: la capacidad de relacionarse. Las relaciones sociales deberían enseñarse a los niños y tener un papel central, junto con el ejercicio, la dieta y otras recomendaciones de salud, proponen.
Y ya en edad adulta, para mantener esa felicidad, se recomienda cuidar de dichas relaciones y mantener esas conexiones sociales.
Ahora ya sabes, la felicidad está en generar relaciones sólidas, por eso nada mejor que rodearte de buenas amistades, hablar sobre lo que te pasa, disfrutar de cada momento, viendo la parte buena de las situaciones cotidianas que vivimos, además de priorizar aquellos que nos hace feliz.
Descubre lo que propone nuestro experto en Liderazgo, Jorge Hanel, sobre los NUEVOS LÍDERES
Leer Más
Cumbre de Líderes Empresariales de América del Norte
Leer Más
